© Patricia Karina Vergara Sánchez
pakave@hotmail.com
© Patricia Karina Vergara Sánchez
pakave@hotmail.com...
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
-Golpe de baqueta sobre tambor-.
Compañeras:
Las invito, guardemos la cordura.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Por favor, sí, guardémosla bien,
en un cofre y con dos candados.
Para hablar, imaginar, construir,
hacer, nacer, entre éstas,
feministaspeligrosasradicales,
en la raíz de este amar a las otras,
a ti, a mí y entre nosotras.
Propongo, hagamos acta de cenizas
usemos esta suave fuerte lengua
de poca validez objetiva y poco ecuánime,
que sólo de afecto y caricias entiende.
Pongamos esta cuerpa, que vibra
con la cercanía de las cómplices,
que hierve furiosa ante lo injusto,
que acompaña desde la ternura.
Sintamos como late así, así,
esta matriz nuestra, acogedora.
¿Qué tiene de malo, qué tiene,
qué tiene, la cordura insuficiente?
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Desde este lugar…
desde esta dicha…
sin grandes y lujosos edificios,
ni fotos y titulares en periódicos
ni diplomas en papel moneda
desde el instituto, en la academia,
en la ONG, en el cargo -todo-
con perspectiva de género;
por cuotas o por la nueva ley
que no incomoda, corrompida,
antes de estar en papel.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
A mí me queda esta locura,
Semi-locura, locura total, loca furiosa,
loca de atar, insalubre, ex– cén– tri- ca.
Demencia
que se niega a padecer diagnóstico.
La risa abierta, incontrolada, la sinrazón.
Promesas de bailar bajo la lluvia,
de la utopía…
de la peligrosísima utopía.
Es este mundo cierto que construyo
todos los días, a cada hora, lo respiro.
Es la complicidad con otras despojadas
de la buena y burguesa razón moderna,
de la astucia comodona postmodernista.
Sobrevivientes, nosotras, herederas de Meztli.
Con esta intacta rabia insumisa.
A cada minuto, a cada segundo
de alegre, plena, existenciaaaa
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
…extravagante…
…en completa extravagancia...
Tam, Tam.
Tam, Tam.
-Golpe de baqueta sobre tambor-.
Compañeras:
Las invito, guardemos la cordura.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Por favor, sí, guardémosla bien,
en un cofre y con dos candados.
Para hablar, imaginar, construir,
hacer, nacer, entre éstas,
feministaspeligrosasradicales,
en la raíz de este amar a las otras,
a ti, a mí y entre nosotras.
Propongo, hagamos acta de cenizas
usemos esta suave fuerte lengua
de poca validez objetiva y poco ecuánime,
que sólo de afecto y caricias entiende.
Pongamos esta cuerpa, que vibra
con la cercanía de las cómplices,
que hierve furiosa ante lo injusto,
que acompaña desde la ternura.
Sintamos como late así, así,
esta matriz nuestra, acogedora.
¿Qué tiene de malo, qué tiene,
qué tiene, la cordura insuficiente?
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Desde este lugar…
desde esta dicha…
sin grandes y lujosos edificios,
ni fotos y titulares en periódicos
ni diplomas en papel moneda
desde el instituto, en la academia,
en la ONG, en el cargo -todo-
con perspectiva de género;
por cuotas o por la nueva ley
que no incomoda, corrompida,
antes de estar en papel.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
A mí me queda esta locura,
Semi-locura, locura total, loca furiosa,
loca de atar, insalubre, ex– cén– tri- ca.
Demencia
que se niega a padecer diagnóstico.
La risa abierta, incontrolada, la sinrazón.
Promesas de bailar bajo la lluvia,
de la utopía…
de la peligrosísima utopía.
Es este mundo cierto que construyo
todos los días, a cada hora, lo respiro.
Es la complicidad con otras despojadas
de la buena y burguesa razón moderna,
de la astucia comodona postmodernista.
Sobrevivientes, nosotras, herederas de Meztli.
Con esta intacta rabia insumisa.
A cada minuto, a cada segundo
de alegre, plena, existenciaaaa
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
Tam, Tam.
…extravagante…
…en completa extravagancia...
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