Para Elsa L y Lupita G
© Patricia Karina Vergara Sánchez
pakave@hotmail.com
Para las poetas,
apenas soy panfletaria política.
Para las académicas,
tengo más utopía que rigurosidad y ciencia.
Para las amas de casa,
mi hogar no es ningún modelo de pulcritud.
Para las heterosexuales,
soy exageradamente lesbiana (y lo digo todo el tiempo).
Para las tibias,
soy “demasiado” radical, hasta causo algo de miedo.
Para la empleada del banco –sólo de mirarme-,
no soy sujeta crediticia digna de atención.
Para las posmodernas,
tengo un discurso ya atrasado -nomás como 500 años de viejo.
Para las que hacen política -pública y no-,
mi propuesta de mundo es demasiado poética.
Para las nanitas de mi pueblo,
soy poco humilde, poco dócil y menos dulce de lo que mujer-debería.
Para mis estudiantas soy la neta,
pero nadie las escucha porque son muy jóvenes.
Para las adoradoras del falo,
soy una molestia zumbona en sus orejas.
Entiendo, entiendo:
No sirvo para mucho.
Panfletaria,
utópica,
desmadrada,
lesbiana,
radical,
insolvente,
anacrónica,
poeta,
soberbia,
insumisa,
adolescente eterna,
mosca incómoda…
-Las agencias de empleos no se desviven a causa de mi currículo.
Tal vez me he construido ininteligible.
Sin embargo, parece ser, que hay ecos en el limbo,
que la irreverencia resuena: se multiplica.
Yo adelanto un pie y luego el otro, sonrío.
En mi camino aparecen flores fragantes,
mujeres-alegría, baños de agua sanadora,
cantitos y mariposas de colores…
Es suficiente para mí.
*Foto de Fernanda Magallanes (Brasil)
¡Hermoso Patricia!
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